Hay casos serios de depresión que requieren atención profesional; pero también hay muchos otros casos en que es posible superar la depresión cuando aún no ha tomado fuerza. Aquí se estudian cinco casos y el lugar que la fe en Jesucristo vivo tiene para superarlos.
1. Depresión coyuntural (o eventual). Proviene de una pérdida y requiere seguir los pasos de un “proceso de duelo,” que comúnmente son: shock, negación, ira, tristeza, balance, superación.
2. Depresión por baja auto-estima. La fe puede ayudar grandemente al revelarnos cómo somos únicos e irrepetibles, valiosos, y además santificados por el amor de Dios.
3. Depresión por frustración. La fe nos da tres oportunidades: (a) ¡Es verdad que suceden milagros y se abren puertas inesperadas! (b) Quien se ejercita en la fe se ejercita en la perseverancia y, a menudo, “la constancia logra lo que la dicha no alcanza.” (c) La fe dilata nuestros horizontes: a veces Dios no nos concede algo porque nos tiene preparado algo mejor.
4. Depresión por rechazo a pasado, sobre todo a los propios orígenes. El Evangelio nos muestra los orígenes (la genealogía) de Cristo y en la lista de nombres hay todo tipo de miserias. Jesús con su ejemplo nos ayuda a superar complejos de familia y de etnia.
5. Depresión por miedo al futuro. Quien ha cimentado su vida sobre la Roca, que es Cristo, no tiene temor a los vendavales, terremotos o tormentas. No podrán sacarme del poder de su amor.