En el siglo XVII, ciencia se volvió ciencia natural, es decir, datos y ecuaciones. En el siglo XIX, ciencia se volvió capacidad de transformación, tecnología. En el siglo XX, ciencia se volvió información, y en el siglo XXI, wikipedia.
Hasta el siglo XV, la forma suprema de conocimiento era la sabiduría. El ideal humanista del Renacimiento es el del sabio que tiene el mapa del saber, y sabe explorarlo, exponerlo y enriquecerlo.
En el siglo XVII, la explosión del conocimiento hace más difícil la elaboración de un mapa jerárquico, un árbol del saber; en reemplazo llega una colección alfabética de artículos: la Enciclopedia.
Para Kant, en el siglo XVIII, hay un contraste entre la ciencia natural, capaz de avanzar, y la filosofía, incapaz de situarse sobre suelo firme. Su propuesta es múltiple:
* Abandonar la disquisición metafísica, dando por sentado un conocimiento trascendental de las posibilidades generales del conocimiento racional.
* Desconectar la discusión ética de sus fuentes tradicionales: la costumbre, el discurso religioso y el pensamiento esencialista.
* Situar al individuo “ilustrado” como sujeto único de conocimiento, al margen de la autoridad, la comunidad, o el reclamo externo del prójimo: la autonomía se vuelve totalidad cerrada sobre sí.
Para Marx, en el siglo XIX, la historia vuelve a ser objeto de conocimiento, con el mismo título y la misma objetividad que reclaman las ciencias naturales. Hay entonces leyes de la historia. Pero no queda claro por qué esas leyes inexorables deben ser empujadas por decisiones de personas particulares o grupos políticos. El fracaso de sus predicciones más elementales (fue Rusia y no Inglaterra quien primero abrazó el comunismo) y el vacío de sus resultados más anhelados (sancionado en la caída del Muro de Berlín en 1989) dejó un enorme vacío: el Occidente quedó privado de la visión cristiana tradicional, descartada como ingenua-perversa, sin poder asumir algo nuevo en reemplazo. El camino del siglo XX es un Via Crucis ateo hacia un mundo sin referencias globales más allá del mercado y la información.
Del siglo XVII al XXI se da un traspaso de polaridad en cuanto a los lugares de creación de conocimiento: Biblioteca – Laboratorio – Taller mecánico – Taller eléctrico – Taller electrónico – Taller de diseño. Tal es el hogar de las paradojas que habitamos: relativismo vs. fundamentalismo; abundancia de información e ignorancia crasa; referentes de éxito empresarial sin referentes de éxito académico.