“Nuestra oración está cerca de quienes han cometido y participado de un aborto, somos testigos de que el límite impuesto por Dios a toda experiencia de mal es Su Misericordia, así que no buscamos condenar, queremos acercar la humanidad doliente al Corazón de Jesús que desea sanarla como él lo expresó a Santa Faustina. Caminemos junto a Jesús y junto a los millones de inocentes que mueren a causa del gran negocio del Aborto del que no pocos se benefician en Colombia y el mundo. Actuemos para que la cátedra del Aborto que pretende llegar a los colegios se encuentre con la resistencia de una sociedad con valores humanos y cristianos que no quiere legitimar la práctica del crimen, o ¿de qué nos sirve tanta indignación en tantas décadas de guerra?…” Click!