Así como la santidad de Jesucristo dio un sentido y una redención a su árbol genealógico, recordado por San Mateo, así nuestra consagración, unida a la de Cristo, ha de ser un acto de sanación del pasado y de ruptura de las “cadenas” intergeneracionales.
Pensar por libre
“No me llaméis “blog”. Soy un globo que vuela a su aire, se renueva cada día y admite toda clase de pasajeros con tal que sean respetuosos y educados. Me pilota desde hace cuatro años un cura que trata de escribir con sentido sobrenatural, con sentido común y a veces con sentido del humor…” Click!