Homilia para el martes de la novena semana del Tiempo Ordinario, con una invitacion a valorar y a aprender sobre la paciencia de Dios
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Buenisimo para liberar el alma de los dolores que motivan al rencor o a la venganza.
Animar a cambiar la vision del “Yo” por un “nosotros” nos invita a que nos demos cuenta de que no podemos ser egoistas ni siquiera en cuanto a las cosas de Dios, ya que en si, aunque sean un regalo “no nos pertenecen” como para tomar decisiones arbitrarias, sino mas bien en cuanto las usemos como bien comun para toda la humanidad.
Dios nos tiene una paciencia inmensa ante nuestras faltas, dandonos el tiempo a que las reconozcamos y asi podamos volver a su regazo..pues bien que nosotros como discipulos de Cristo debemos apelar a que nuestro corazon se llene de la misma paciencia.
Y es que el fruto del perdon se da verdaderamente en el reencuentro entre dos personas que se unen en una sola verdad diciendo..”hubo un error, pero juntos lo hemos dejado en el pasado”..y he aqui que un manantial de frescura surge en las dos personas que se animan a unirse de corazon nuevamente en un abrazo retomando el camino que habian dejado.
Es bello contemplar esto, y vivirlo, y yo creo que bien como cristianos, debemos animarnos mutuamente a que haya en nuestro entorno estos reencuentros. Triste es notar el “no me meto” de muchos cuando contemplan como dos personas que se quieren de un momento a otro se separan..triste es contemplar que aparece cierto partidismo cuando en si se tiene que buscar la unidad, y asi se llaman “amigos”..sin que ninguno se juegue por los verdaderos afectos del otro.
Animar a dar perdon y animar a pedirlo,son dos pilares con los cuales ayudamos a otros a encontrar verdaderamente a Cristo.