12. Inspirado por el Espíritu Santo el justo anciano Simeón dijo a María Santísima: “Y una espada atravesará tu alma para que se descubran los pensamientos de muchos corazones” (Lc 2, 35). Con esto le estaba ratificando su incorporación a la Pasión de su Hijo Jesús. Ella sabía lo que estaba profetizado para el Mesías de Israel; por esto, cuando dijo sí a Dios en la Anunciación, estaba diciendo sí también a la Cruz. Jesús, María y la Iglesia son signos de contradicción, porque en ellos es inherente la Cruz: ésta servirá para caída y/o elevación de muchos, servirá para poner a la luz los pensamientos de los corazones de muchos. Por poseer a Jesús, María y la Cruz, la santa Iglesia será ferozmente atacada por el enemigo de Dios y por sus secuaces; y por la Cruz saldrá victoriosa.
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