“Habría que vencer una tentación inmediata: desentenderse de la política, dejar de seguir los temas de la agenda pública e incluso renunciar al voto (¿para qué votar, si son todos iguales?). Nada quieren más los políticos corruptos que una ciudadanía apática para cometer sus desmanes con una impunidad casi total…” Click!