Dos desafíos, que son dos llamados hay que considerar aquí: uno, hay personas que oponen “rezar” y “orar,” y estas personas consideran que si uno solamente “reza,” por ejemplo, el Rosario, no está haciendo nada. Lo segundo: Cristo nos dice que hemos de orar “en Espíritu y en verdad.” ¿Qué nos dicen estas palabras, si las relacionamos con el Rosario?
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