Hay gente que se imagina que a una carpeta típica de correo “basura” sólo llegan propuestas de píldoras azules o métodos para agrandar el cuerpo (o partes de él). Nada más lejos de la realidad. Lo que sigue es una lista de cosas maravillosas o espantosas que han inundado mi correo desde hace muchos meses. Sugiero a los lectores que quitando lo obvio, que es también lo más vulgar, añadan en los comentarios las cosas graciosas que les han llegado.
Cosas buenas:
- Réplicas de relojes. Garantizado que son mejores que los originales.
- Pozos sépticos. Y cómo hacerlos. Y cómo mantenerlos.
- Revistas de golf, por quintales.
- Herencias: ya me he ganado seis, y voy por la séptima. Por lo visto hay un buen número de señoras viudas, enfermas y millonarias que no han hecho sin buscarme para dejarme su plata.
- Cortadores de uñas para mascotas.
- Tinas para elefantes, con agua caliente.
- Visas para Estados Unidos. O ciudadanía norteamericana. O un condominio en Miami. ¿Ya dije que gratis?
- Tinta EPSON: toda la que yo quiera.
- Diplomas de las más prestigiosas universidades del mundo.
- Vacaciones gratis en el HILTON, si respondo tres encuestas al día.
Cosas malas:
- Dos docenas de advertencias trágicas: no debo añadir a nadie a mi “Messenger”
- Tres docenas de advertencias de virus.
- Si no reenvío 42 PowerPoints a mis amigos ya no me contarán como amigo.
- Soy un desalmado porque no reenvié un correo que le da medio centavo de dólar a un niño que tiene muchos problemas, entre otros, no existir.
- Si no mando un correo, me quitan mi MSN.
- Si mando muchos correos, me demandan como “spammer.”
- Si rompo una cadena de ruegos a San Prudencio (de la cual hay que enviar 199 copias en los próximos 3 min.) no hay palabras en el diccionario para describir lo que me va a pasar.
- Trabajo nuevo. Sin impuestos. En Nigeria.