150.1. Sé que quieres la paz. No sólo para tu país o para el mundo. Sé que quieres y necesitas esa paz que nace, como flor inesperada, bajo un alero del alma. Quisieras despertarte un día y encontrar que la noche te regaló esa flor, y que ella ha llegado para ya no abandonarte nunca. Pero así como a tu mundo y a tu país, a tu corazón le falta esa paz.
Con Espiritu de Hijos
El capítulo primero de la Carta a los Efesios contiene un himno precioso al plan de Dios. De él aprendemos cuánto significa llamarnos y ser hijos de Dios. El versículo clave en esta meditación es Efesios 1,5.