Visualización de un enfado: Ahora haz una pausa de unos dos minutos y piensa en una ocasión en que te hayan hecho enfadar.
¿Cómo te sentías? ¿Cómo te sientes? Si en estos momentos la cólera te invade, toma conciencia de cómo te sientes.
Respira hondo, despacio y adéntrate en tus sentimientos. ¿qué ves debajo de tu rabia? ¿Ves miedo? ¿Tristeza? ¿Inseguridad? ¿Desamparo? ¿Impotencia? ¿Sientes que te han herido o que te han abandonado?
¿Tienes una sensación de desilusión ante expectativas no satisfechas o sueños normalizados?
Mira aún más profundamente. Bajo ese miedo, esa frustración y/o esa tristeza, ¿hay un ruego a alguien de que te preste atención, de que te escuche?
¿Hay una petición, consciente o inconsciente, de respeto, reconocimiento, interés o amor, petición de perdón? Entrégate al Espíritu Santo y pídele que te regale el perdón que necesitas dar a tu hermano. Agradece y adora a la Comunión del Padre el Hijo y el Espíritu Santo.