141.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
141.2. Las flores, desde tiempo inmemorial, según la medida de tus años, han sido referencia de belleza. Toda la profundidad de las raíces y la seriedad del tronco: toda la diligente labor de las hojas y la diversidad de ramas y ramitas se vuelve explosión de colores, texturas y contrastes en las flores. La flor, por así decirlo, da una razón de ser a todo el árbol que la sostiene. Y si no hubiera flores en el campo, parecería que no existiera más razón para el trabajo que poder trabajar más y más. En la flor y en su serena hermosura descansa el trajín de la naturaleza; el universo se remansa cuando nace una flor, y con paciencia espera a que despliegue sus pétalos y esparza su aroma.