PERDONAR A DIOS: Les invito a que reflexionemos ahora sobre los tres niveles fundamentales del perdón: el perdón a Dios, el perdón a sí mismo y el perdón a los demás. En cuanto al perdón a Dios, las dos palabras no parecen ir juntas. Sin embargo casi todos guardamos en nuestro interior resentimientos contra Dios, además de forjarnos falsas ideas acerca de El. Ya hemos visto que el perdón se centra en el amor de Dios. Cuando la persona está centrada en el amor de Dios, cuando descubre que es amada por Dios, por un Dios que nos acepta como somos, desaparecen muchísimos problemas.
Es importante darnos cuenta de que, aunque oremos mucho, participemos en retiros, en muchas Eucaristías, es necesario recibir la revelación de Jesús, el descubrimiento del Dios vivo y verdadero, de lo contrario podemos vivir con grandes desconfianzas y resentimientos frente a Dios, sobre todo en momentos difíciles, cuando pensamos que Dios se olvidó de nosotros, nos envió ciertas desgracias, cuando pudo habernos liberado de ello.