Un contraste entre la forma de gobierno entre los dominicos y entre las dominicas con los monasterios de estilo benedictino, con el ejercicio de la autoridad de los obispos, y con algunas formas recientes de democracia. El propósito es descubrir la originalidad, los requisitos y el resultado que quiere alcanzar nuestro estilo de vida, en lo que atañe a la obediencia.
90. Servidor de la Palabra
90.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
90.2. Imagina el más torrencial de los aguaceros. Mira en tu mente cómo caen, sin esperarse una a la otra, miles y millones de gotas. Ahora piensa que dentro de cada una hay una palabra, un mensaje para ti. Así quisiera hablarte Dios. El evangelista Juan advierte que hay muchas obras y palabras de Jesús que no han quedado escritas (Jn 20.30), y tú mismo has comprobado que la Biblia a menudo dice que Jesús “enseñaba” (cf. Mt 5,2; 7,29). Pero, ¿qué enseñaba? ¿Qué era todo eso que quería y que en cierto modo tenía que decir? Sabrás si hay amor en tu corazón si alguna vez en cada instante y mil veces cada día te preguntas por esas palabras de Jesús que no quedaron consignadas en otro lugar, si no fue el corazón enamorado de sus más allegados discípulos.
90.3. ¿Qué palabras, bendito Dios, brotaban de esos labios, únicos que puedes llamar plena y absolutamente ungidos? ¿Y de qué corazón, ardoroso en cuál fuego, nacían tales palabras? Ve y pregúntalo a María, la de Betania. Pídele que te cuente qué aprendió del Maestro Divino en esas tardes en que tuvo como para sí sola toda la potencia y la gracia de la Sabiduría del Padre.