64.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
64.2. Cuando amas lo que Dios ama, tienes a tu favor toda la potencia de la voluntad divina. Ciertamente no está en tu mano conocer todo lo que Dios conoce, pero sí puedes aspirar con todas tus fuerzas a amarle y a amar lo que Él ama.
64.3. Esta consideración te puede ayudar a entender mejor el primer mandamiento de la Ley de Dios: «Amarás a Yahveh tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza» (Dt 6,5; Mt 22,36-37). El término “mandamiento” puede darte la falsa idea de que se trata de una voluntad externa a ti e impuesta a ti. La verdad es que este “mandamiento” no hace sino prolongar la palabra con la que fuisteis creados. Así como no fue una palabra tuya la que te creó, tampoco es una palabra tuya la que puede señalar el fin último para el que fuiste creado. Este fin esta admirablemente resumido en aquella palabra: “¡Amarás!”