El reverendo Ian Paisley, jefe del Partido Unionista Democrático (DUP, por su sigla en inglés) y Martin McGuinness, senador del partido republicano Sinn Fein, hasta hace poco enemigos irreconciliables, son ahora Primer Ministro y Vice Primer Ministro en el gobierno de Irlanda del Norte, con sede en Belfast. La gente habla de poco menos que un milagro.
Hay razones para expresarse así. La larga historia de conflictos de intereses y de mutua violencia cubre siglos de la historia de esta isla y se traduce en una cifra dolorosa: 3.500 muertos. Los buenos oficios de Tony Blair, de parte del Reino Unido, y Bertie Ahern, del lado de la República de Irlanda, con sede de gobierno en Dublín, han facilitado el proceso de desarme del Ejército Republicano Irlandés (Irish Republican Army, IRA), han ayudado a recuperar terreno común para el diálogo, y han podido celebrar juntos, esta semana, junto a Paisley y McGuinness, el histórico hito: un gobierno de poder compartido promete tiempos de paz y desarrollo para Irlanda del Norte.