En el tiempo en que vivimos se presentan las religiones como equivalentes, o como si diera lo mismo creer o no creer porque se piensa que todo ello es un asunto “privado.” El centro de nuestra fe afirma que Cristo viene a resolver en realidad un problema fundamental: no es que uno ignore qué es lo bueno y lo malo, sino que carece de la fuerza interior para buscar y realizar el bien que conoce y desea.
¡Feliz Pascua!
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