45.1. En el Nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
45.2. El tamaño depende de la distancia: eso lo saben los pintores y los astronautas. Necesitarás ser un poco pintor y un poco astronauta para lograr el tamaño justo de cada cosa, porque vivir en la verdad no es sólo saber qué son las cosas en sí mismas sino cómo son con respecto a las demás, es decir, conocer su tamaño.
45.3. Cuando un astronauta flota a muchos kilómetros sobre su propio país, ¡qué distinto lo ve! En ese silencio del cosmos negrísimo, en esa soledad sobrecogedora los egoísmos y las mentiras de los hijos de los hombres adquieren su verdadero lugar. Piensa en la guerra más espantosa y mírala desde esa altura; entonces dime si finalmente ello tiene sentido. Fíjate en aquel hombrecillo subido en una minúscula colina gritando que es el rey del mundo. Mira aquella señora afanada por comprar y comprar: sólo tiene ojos para los centros comerciales, no para las estrellas ni para los astros.
45.4. Claro que la mucha distancia puede hacer perder la importancia de otras cosas. Un niño le ha preguntado a su papá si le puede ayudar a hacer una tarea escolar. Es una escena pequeña, enteramente doméstica, y sin embargo, ¡qué grande su trascendencia! El papá le ha dicho que no le moleste con tonterías, y un puente de confianza ha quedado casi del todo fracturado. Ver bien, entonces, no es sólo ver lo gigantesco. Para ganarse un puesto ante tus ojos las cosas no deben ser muy voluminosas sino muy importantes, y es importante todo lo que le dé o le cambie el rumbo a la vida de alguien.
45.5. Por eso es buena la comparación con los pintores. El buen pintor no sólo sabe darle su tamaño a lo que está lejos, sino recordarnos con un trazo que hay una emoción bajo esa piel, y un corazón en ese cuerpo, y una historia detrás de ese lienzo. Un verdadero pintor es aquel que tiene la fina percepción para lo pequeño, y goza de la capacidad de plasmarlo con el tono y la fuerza apropiadas.
45.6. Nota que te hablo de un pintor y no de un fotógrafo. Aunque la fotografía tiene también su arte, porque está sujeta a las elecciones de la subjetividad del fotógrafo, es más elocuente el pintor, sobre todo cuando no se limita a reproducir la realidad. Y sin embargo no es que el pintor falsee la realidad, sino que abre un camino para mirarla. No puede mostrar todos los caminos, pero el que abre, si es buen pintor, es válido y provechoso para muchos otros.
45.7. Los Ángeles tenemos de astronautas y de pintores. No podemos conmovernos con vosotros los hombres ante multitud de hechos que, cuando son contemplados desde una amplia perspectiva, no resultan ni tan sabios, ni tan grandes, ni tan bellos como a veces se quiere hacer ver. En esto nos parecemos al astronauta contemplativo. Pero nos asemejamos también al pintor que no descuida los rasgos de la vida y que con su contemplación ayuda a ver a los demás. Todos los Ángeles conocemos la creación, pero cada uno es como una versión, o mejor, como una mirada, un camino de mirada, hacia la obra de nuestro Dios y Señor.
45.8. Un hombre sabio puede llegar a tener una perspectiva amplia sobre la Historia humana, al punto de reconocer el paso de lo grande y el susurro de lo pequeño. Cada Ángel es, en este sentido, como un hombre sabio. Si recibes la inspiración de un Ángel tendrás la luz de una mirada nueva; si te haces amigo de multitud de Ángeles gozas de una plenitud de luz y de vista. Nosotros no somos egoístas, y la envidia se desconoce en estos parajes, mi amado amigo.
45.9. En particular, piensa en lo que puede ganar tu ministerio si cada vez que vas a hablar con alguien pides al Ángel de esa persona que te ayude a mirarla, a conocerla, a amarla. Que te auxilie con su inspiración para tomar la distancia precisa ante los dolores o esperanzas de ella, y que guíe tus ojos hacia los rasgos, a veces elementales, que denotan las historias profundas del pecado y de la gracia.
45.10. Lejos de lo que se ha dicho algunas veces, los científicos, que con frecuencia son como pintores matemáticos del Universo, y los poetas y cantantes, que son como los pintores del corazón, y los políticos y estadistas, que son como pintores del tejido social, tienen en el Cielo, aquí, en nosotros, multitud de bendiciones y luces que les están esperando. ¿Por qué no se los dices? Y dile especialmente a los sacerdotes, que tienen el sublime encargo de pintar la faz del Señor en cada alma, que se dejen ayudar con el humilde ministerio que Dios nos ha encomendado.
45.11. Deja que te invite a la alegría. Dios te ama; su amor es eterno.