Son dos preguntas diferentes: si es deseable tener un “Office Online” y si eso está próximo a suceder.
Con respecto a lo primero se suelen aducir razones a favor y también en contra. Juega a favor: (1) Tener mis documentos en cualquier punto donde haya internet y poder trabajar en ellos como en casa. (2) Despreocuparse de posible pérdida de los archivos. (3) Trabajar en equipo de manera natural, sin sobrecargar el correo electrónico y disminuyendo el número de ediciones manuales. (4) Prácticamente en todos los casos esta clase de aplicaciones son gratuitas: Google Docs, Zoho, Think Free, y otros.
Va en contra del Office Online: (1) Hay faltas, posiblemente insalvables, de privacidad y seguridad: ¿qué empresa seria entregaría su carpeta de Proyectos e Inversiones a un servidor que no puede controlar? (2) Los programas online son notoriamente lentos y pobres en desempeño, si se les compara con sus versiones “offline.” En Google Docs no es posible buscar dónde uno ha puesto dos “return” seguidos, por ejemplo. (3) El tamaño de los documentos que pueden trabajarse online es muy limitado o el precio que se paga en tiempo es prohibitivo. Otro ejemplo tomado de Google Docs: sólo pueden subirse archivos de 500K o menos. Parece mucho, pero un archivo de texto con tres fotos fácilmente rebasa eso. (4) Depender de una conexión a Internet no es siempre la mejor opción. Alguien quiere salir al campo y trabajar un sábado en un archivo que esa semana ha ido mejorando en la oficina. Con la sola opción online no se puede.
Indudablemente las ofertas online mejorarán, la cobertura de Internet aumentará y la velocidad promedio de conexión agilizará cosas como subir archivos o grabarlos. Nuevas características podrán agregarse a los programas para que por lo menos puedan manejar notas de pie de página, cosa que hasta donde yo sé sólo puede hacer Think Free hasta el momento. Todo ello hará posible que archivos más grandes y ricos en formato puedan trabajarse online.
Sin embargo creo que Microsoft tiene una mejor intuición de la evolución de las cosas cuando dice que una combinación de online y offline será la fórmula exitosa. Eso tiene sentido porque hay muchas operaciones y tareas que sólo pueden ser más rápidas si residen en el computador “cliente.” Además, esa combinación debería facilitar cosas como manejar un documento completamente offline, y con ello disminuir cualquier preocupación de privacidad o seguridad.
Pero en la práctica eso quiere decir tener un office completo offline con posibilidades de edición en línea. Y eso significa dos programas completamente compatibles entre sí, de modo que alguien podría trabajar un documento offline, conectarse y editarlo junto con otra persona que no ha instalado esa versión. No es tampoco un escenario agradable, si se piensa en términos del trabajo que demanda de los ingenieros lograr los mimso efectos y funciones con dos arquitecturas distintas. Ni es un cuadro fácil si se piensa en el mercadeo de esos productos dobles, dado que la parte online tiende a funcionar como gratuita con publicidad, que es un modelo insuficiente e insoportable para la parte offline, la cual requiere de un modelo de pago por licencia.
Como se ve, hay un camino por delante, prometedor pero erizado de obstáculos. Definitivamente no es todavía el tiempo de decir que ya tenemos o que estamos próximos a tener un Office Online, a menos que nuestras necesidades queden bien cubiertas con algunos inventarios simples y algunas cartas a la mamá.