JESÚS MUERE EN LA CRUZ
Te adoramos, oh Cristo…
“A las tres, Jesús gritó con fuerza:
“Dios mío, Dios mío, ¡por qué me has abandonado?”
Jesús, lanzando un fuerte grito, murió.
El centurión, al verlo morir así, dijo:
¡Verdaderamente, este hombre era el hijo de Dios”.
Todo se ha consumado. Ha llegado el fin. Ya no hay más. Ya no hay nada. Tan solo el cadáver de uno que ha muerto
abandonado, fracasado y solo. Y sin embargo… Ahora es más nuestro que nunca. Porque ahora sabe lo que es nuestra muerte, y nuestro fracaso, y nuestra soledad.
Y en él viven ahora todas nuestra muertes. Y en esa muerte anida toda la esperanza de nuestra inmortalidad.
Pon, Señor, nuestra vida junto a tu muerte, para que así, junto a nuestra muerte, esté tu vida.
Padre nuestro.
Vitoria, tú reinarás. Oh Cruz, tú nos salvarás.