JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
Te adoramos, oh Cristo…
“Los soldados crucificaron a Jesús, y se repartieron sus ropas. Aparte dejaron la túnica, tejida de una sola pieza de arriba abajo:
-No debemos partirla, decían. Vamos a sortearla para ver a quién le toca”.
Antes de quitarle la vida, le quitaron la ropa.
Y con la ropa, le quitan la dignidad, el derecho a morir como un hombre. Está solo. Sólo quedaba su madre,
unas mujeres y un adolescente. ¿Dónde están los apóstoles y los enfermos curados?
En nuestra tierra hay otros cristos que no tienen pan,
ni trabajo, ni esperanza, ni siquiera dignidad.
Y a nosotros nos sobra indiferencia, egoísmo, cobardía.
Señor, que puedas Tú decirnos algún día:
“venid benditos de mi Padre porque estuve desnudo y me vestisteis, y me devolvisteis mi dignidad de ser humano”.
Padre nuestro.
Perdona a tu Pueblo, Señor…