Me han comentado que los fractales son utilizados por el movimiento de la Nueva Era para sus propios fines anti-cristianos. ¿Puede usted explicarnos la diferencia, por favor? Que Dios lo bendiga y muchas gracias. Ruth.
Una de las características de la Nueva Era es su tendencia a arroparse con un lenguaje científico o próximo a la ciencia, con el claro propósito de ganar credibilidad en este mundo nuestro, que dobla la rodilla espontáneamente en cuanto le dicen que algo ha sido “científicamente comprobado.”
Con los fractales, que son un tema tan especializado de las matemáticas puras, es posible hacer numerosas especulaciones porque en ellos aparecen ideas próximas al arte (como vimos) y a la filosofía, por ejemplo, en las alusiones al infinito que surgen sin cesar en esas imágenes.
Un fractal es una especie de imagen que se repite incesantemente y que en su repetición genera potencialmente todo el plano o todo el espacio. Incluye la idea de la unidad y la totalidad, la diversidad y la repetición, la estructura y la infinitud. Todas estas son propiedades matemáticas que tienen cierto eco en estructuras físicas e incluso biológicas, como decir, los caparazones de los caracoles o la estructura de los copos de nieve.
No es difícil hacer relatos con palabras complicadas, de sabor existencial, cuando uno se apoya en esta clase de conceptos que en realidad pocas personas entienden cabalmente. Esos relatos complicados tienen entonces sólo una función de embaucar a la gente y de dar una apariencia científica a las cosas. No es entonces que los fractales sean anticristianos sino que esa clase de uso abusivo del lenguaje engendra confusión en temas en los que pocas personas podrían discutir con propiedad.