Según la denuncia, uno de los libros explica que los milagros de Jesús fueron producto de la suerte.
Otros evitan afirmar que el adulterio y las relaciones sexuales prematrimoniales son pecados. Otros presentan a la Biblia como un libro de historia, de acuerdo con el comité.
Están afectados los 680.000 colegios secundarios cristianos de todo el país.
El arzobispo Alfred Hughes de Nueva Orleans, presidente del comité eclesiástico de educación nacional, ha instado a todos los obispos a retirar todos los libros de textos religiosos que no hayan sido aprobados por su grupo.
“Hay una cantidad de textos doctrinarios deficientes que aún se utilizan ampliamente, supuestamente para educar y formar en la fe a nuestros jóvenes”, manifestó Hughes en un discurso pronunciado en una convención general de obispos de Estados Unidos en diciembre.
Desde junio del 2001, sólo un tercio de los textos presentados al comité de Hughes han sido aprobados.
Hughes dijo que el comité encontró un patrón de desviaciones de la enseñanza católica en los libros:
–Un lenguaje vacilante que presenta a la doctrina católica como materia de opinión, no como un hecho.
–Explicaciones endebles sobre la importancia de la jerarquía eclesiástica y la prohibición a la ordenación sacerdotal de las mujeres.
–Referencias a “parejas” en lugar de esposos y esposas.
–La descripción de la Biblia como un documento histórico, sólo mencionando brevemente su valor espiritual.
–Presentar la abstinencia prematrimonial como una forma de evitar el embarazo o el sida, y no como una necesidad para evitar cometer pecados.
Hughes manifestó a los obispos que tenía “serias preocupaciones” sobre la calidad de la mayor parte de los textos de las escuelas secundarias, y agregó que su comité considera recomendar una serie de libros religiosos para que se utilicen en todos los colegios católicos secundarios del país.
“Nuestros jóvenes no están aprendiendo … que la única Iglesia de Cristo subsiste en la Iglesia Católica o el verdadero significado ecuménico de nuestra Iglesia”, sostuvo Hughes.
Ligero visto bueno
Unas 25 empresas editoras presentan de manera regular sus textos religiosos al comité para que los apruebe, a pesar de que no es un requisito para que un libro pueda ser empleado en una clase católica.
Sin embargo, el visto bueno del comité hace más probable que los libros sean aprobados por los 277 obispos de todo el país, y los prelados tienen la última palabra sobre qué textos pueden ser utilizados en las escuelas de sus diócesis.
Los miembros del comité por lo general consideran que un libro no es apto cuando el texto carece de información esencial o contiene errores sobre la doctrina de la Iglesia, dijo monseñor Daniel Kutys, que integra el comité.
“Lo que buscan son textos religiosos que enseñen la fe de manera auténtica y completa”, explicó Kutys.
Kutys se negó a identificar las editoriales cuyos libros contenían errores u omisiones.
Varias compañías editoriales no respondieron los mensajes dejados por la AP, y otras se negaron a hablar sobre el proceso de aprobación.
El proceso de revisión generalmente toma por lo menos seis semanas por cada libro. Dos expertos en teología, sacerdotes, académicos y profesores de seminario, examinan los textos en busca de errores y omisiones. Luego envían sus recomendaciones a un obispo, que manda a su vez una sugerencia al comité de Hughes.
El comité considera la recomendación y aprueba el texto o le comunica al editor lo que debe cambiar o agregar para que el libro sea aprobado.
En los últimos años, el grupo ha recibido unos 25 textos por año, dijo Kutys.
El comité de Hughes también puede aprobar un libro, pero no es necesario que realice recomendaciones de cambios o adiciones.
Ignatius Press, una editorial católica de San Francisco, presentó su libro “Faith in Life” (Fe en la vida) y recibió la aprobación del comité antes de publicar la serie en 1984.
Nueva Orleans, Luisiana