Muchas veces he pensado en las contradicciones de la voluntad humana, es decir, en esos tiempos en que uno siente que debe hacer algo y no logra hacerlo. Es una experiencia que consume energía sin producir nada diferente a frustración y rabia contra uno mismo.
Hay muchas causas de un comportamiento así, y por lo tanto muchas posibles soluciones según esas mismas causas. Sin embargo, hay algo de lo que me he convencido: hay cosas que decididamente no van a mejorar la situación.
- No sirve simplemente “volverse a proponer” las cosas, con más fuerza, o castigándose más, o tratando de producirse miedo.
- No sirve hacer más horarios, calendarios, organigramas, listas de cosas por hacer.
- No sirve que otros nos reprendan, humillen o cuestionen. La gente tiende a repetir las mismas cosas, que son las cosas que uno ya sabe y que seguramente uno mismo se ha dicho.
Lo que he visto que funciona, sin que haya una receta perfecta, se resume en la expresión “nuevo contexto.” Los Alcohólicos Anónimos han venido practicando esa estrategia con notables resultados.
Un “nuevo contexto” es un modo de romper el círculo de causa – efecto – causa – efecto que nos aprisiona. La idea báscia es sencilla: las mismas causas traen los mismos efectos. Ponernos en una situación nueva puede traer “nuevas causas” que conduzcan a “nuevos efectos.” Pensemos en el caso de aprender inglés. Mil veces lo has intentado por tu cuenta. Imagina que te pones de acuerdo con uno o dos amigos más para chatear en inglés, o para oír textos en inglés. Ese nuevo factor, o nuevo contexto hace que lo que podía parecer aburrido y como un castigo se convierta en una oportunidad de enriquecer tu vida.
Otra cosa que sirve en el “nuevo contexto” es aprovechar las “rachas.” Uno no construye nada serio haciéndolo sólo ocasionalmente pero hay ocasiones en que uno puede redescubrir el encanto que tiene hacer algo. Irse a un cine para oír los diálogos en inglés puede ser una “racha”: algo en sí mismo pasajero, pero que ayuda a desbloquearnos y a encontrar de nuevo que eso que queremos hacer (y debemos hacer) es bueno, fascinante y útil.
Es importante en esto tratarnos con amor. Uno cae en una trampa cuando piensa que se puede cambiar a golpes, insultos o humillaciones. Tú no tratarías de cambiar a NINGUNO de tus amigos de esa forma, ¿por qué intentarlo contigo? Si no eres amigo de ti lo más probable es que te sientas enemigo de ti. Y uno no se fía de enemigos. Parece extraño, y parece un rodeo que no traerá nada pero, por lo menos mi experiencia, los resultados a largo plazo van marcados por la amistad con uno mismo, es decir, por una actitud que hace balance entre el bien futuro (lo que quiero lograr) y el bien presente (como de hecho me siento ahora).
Espero que estas reflexiones te sean útiles y que descubras que eres más que las limitaciones que a veces ocupan tu atención más inmediata. He vivido lo que vives y algo he podido avanzar, con la bondad de Dios.