3. El Derecho de Arbitramento del Estado sobre la religión
La necesidad de arbitraje entre las religiones no surgió de la nada sino de la Reforma Protestante. Luchas religiosas ha habido probablemente en todas las épocas; lo que no se había dado es que surgiera un árbitro aceptado por las partes en contienda. Usualmente, la persona de fe considera que su punto de vista no puede ser adecuadamente juzgado si no es comprendido “desde dentro.” Una actitud así hoy sería calificada de “fundamentalismo.” Para nosotros es natural hoy pensar que hay derechos y deberes que no dependen de las ideas filosóficas o religiosas de la gente. Pero, ¿cómo llegó a parecer natural que las cosas debían ser de ese modo?