Dios Santo,
por Jesucristo, tu Palabra,
y por la misión del Espíritu,
nos has dado comulgar en tu santidad;
así quisiste hacernos capaces
de reconocer tus obras,
escuchar tus palabras,
atender a tus inspiraciones,
cumplir tu voluntad
y proclamar todas tus maravillas.
Por ser quien eres,
te alabamos,
por ser como eres,
te damos gracias;
por ser quien eres,
nos ofrecemos a ti,
por ser como eres,
te pedimos que nos perdones;
por ser quien eres,
nos has amado tanto,
por ser como eres,
te has ganado nuestro amor;
por ser quien eres,
te bendecimos,
por ser como eres,
esperamos tu bendición;
por ser quien eres,
te glorificamos,
por ser como eres,
a ti confiamos nuestras necesidades.
Feliz el día
en que nos llamaste a la existencia,
feliz la hora
de nuestro bautismo;
feliz el día
en que nos llamaste tus hijos,
feliz la hora
en que te invocamos, Padre;
feliz el día
de la Encarnación de tu Verbo,
feliz la hora
en que nació tu Cristo;
feliz el día
en que dio su vida por nosotros,
feliz la hora
en que le diste el triunfo sobre la muerte;
feliz el día
en que derramaste tu Espíritu,
feliz la hora
en que nació tu Iglesia;
feliz el día
en que te cantamos
feliz la hora
de la Eucaristía;
feliz el día
en que habremos de verte,
feliz la hora,
la última hora de nuestra vida.
Todo lo esperamos de ti:
que creas con poder,
que redimes con sangre
que santificas con fuego.
Todo lo esperamos de ti,
¡oh Dios Unico en Tres Fulgores!,
Padre Ingénito,
Hijo Predilecto,
Espíritu de Amor,
Dios que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
Amén.
Dios bendiga tus pasos!