Por amor extendiste tu mano
hasta las fronteras de la nada,
y de la nada, tu fuerza soberana
todo lo creó y sigue creando.
Por amor tú formaste un Paraíso:
un Jardín, una Casa para el hombre;
y cuando el pecado lo hizo pobre,
tú quisiste con amor hacerlo rico.

Hace unos días fui a comer algo ligero a un restaurante de comidas rápidas. A poco de sentarme, una señora se sentó en la mesa de al lado; iba acompañada de su pequeña hija. Ambas eran bastante morenas.
