El que siendo leal y sincero te comprende;
El que te acepta como eres y tiene fe en tí,
El que sin envidia reconoce tus valores, te estimula y elogia sin adularte;
El que te ayuda desinteresadamente y no abusa de tu bondad;
El que con sabios consejos te ayudaa construir y pulir tu personalidad;
El que goza con las alegrías que llegan a tu corazón.
El que sin penetrar en tu intimidad, trata de conocer tu dificultad para ayudarte;
El que sin herirte te aclara lo que entendiste mal o te saca del error;
El que levanta tu ánimo cuando estás caído;
El que con cuidados y atenciones quiere menguar el dolor de tu enfermedad;
El que te perdona con generosidad, olvidando tu ofensa.
El que ve en tí un ser humano con alegrías, esperanzas, debilidades y luchas…
Este es el amigo verdadero. Si lo descubres, consérvalo como un gran tesoro.
El amigo que nunca falla es Dios.
Si aún no lo encuentras, aquí tienes a un amigo.