Señor,
Estoy cansado. Es tarde, muy tarde y estoy cansado.
Pero feliz. Es tarde y estoy feliz. Te entrego mi diario, mi día, mi noche, mi cansancio, mi descanso.
Acepta mis días. Los bellos, los grises; los que brotan cargados de ilusión y luego se hunden en el silencio anodino de brumas mediocres; los que nacen opacos y luego se cargan de luces y sueños.
Recibe mi tiempo, mi espera, mi esperanza, mi desespero, mi impaciencia, mi padecer, mi parecer…
Dios, estoy cansado. No hablo bien, lo sé; pero te quiero todo lo que te puedo querer.