La portabilidad implica una serie de redefiniciones muy profundas sobre el cuerpo humano. Es un enunciado que puede sonar demasiado trascendental pero que resulta patente apenas uno usa la categoría “mundo,” en sentido personalista, por supuesto. El mundo de cada uno se convierte en una mixtura de “realidad” y “virtualidad” que potencia algunas experiencias e inhibe otras, cosa que cambia el sentido de las expresiones básicas que aluden a nuestra corporeidad, como las nociones de “cerca” y “lejos.”
Es gracioso, por ejemplo, que llamemos “contactos” a personas a las que nunca tocamos, y que por lo tanto nunca están realmente “en contacto” con nosotros. Los emoticones pueden llegar a reemplazar a las emociones faciales y la ausencia de interés por lo inmediato afianza la idea de que el mundo es todo y solo lo que uno decida que existe. Por su parte, existir y ser visible llegan a confundirse, creando un rango de situaciones extrañas en que el valor de la vida o la capacidad de influir realmente en el mundo (o sea, influir en el mundo real) es tan lejano como cambiar el hardware de un juego electrónico.
En el plano del desarrollo tecnológico, creo que estos aspectos determinan tres tendencias: (1) Mayor capacidad de memoria; (2) Mayor independencia en la fuente de poder (por ejemplo con baterías con mayor autonomía); (3) Mayor rango de interacción (el ideal al que uno aspiraría es a que todo celular fuera satelital).
En un plano más sencillo, pero sobre la misma idea de corporeidad, es un hecho que cada cosa que portamos se convierte en una extensión de nuestro cuerpo y un apéndice de nuestros sentidos. Esto, por supuesto, marca mucho del futuro de la portabilidad.
De este aspecto de interface con el cuerpo surgen varias posibilidades y varios condicionantes.
Los condicionantes son la accesibilidad y la usabilidad. Lo primero desemboca en la tendencia a implantar aparatos en el cuerpo humano. lo segundo es más complejo porque tiene que ver con preguntas muy generales y difíciles del tipo: ¿qué es intuitivamente más simple, breve, rápido y fácil de recordar?
Todo ello sin embargo, aún no toca los aspectos relacionados con el poder público y por lo tanto con la distribución de la riqueza.