La noticia del día, la que llena los aeropuertos y periódicos, es por supuesto, la serie de atentados en Londres, que ha dejado más de 50 víctimas hasta ahora.
La Reina en un aparte de sus declaraciones, ha ponderado la entereza del pueblo británico, que aun en esas circunstancias de extraordinario dolor, angustia y noticias devastadoras, fue capaz de hacer un día de trabajo, sin amilanarse ni paralizarse por la fuerza de la violencia ni lo inesperado del ataque.
El merecido elogio de la Reina a su pueblo concuerda con la impresión de flemáticos/estoicos que los británicos han dejado por doquier. Lo que uno no deja de preguntarse es qué pueda seguirse ahora, dado que el terrorismo no es un enemigo convencional, y por eso cabe sospechar que los recursos conocidos no resulten suficientes.
Entre tanto, y como creyente, eché de menos una referencia a Dios en sus palabras, por lo menos, en lo que yo tuve noticia que ella había dicho. Podría decirse que por las circunstancias políticas o por el fundamentalismo religioso que parece estar a la base de estos ataques. En cualquier caso, ¿bastará el solo humanismo estoico para dar un rumbo y una salida ante un ataque que presume de apoyarse en un modelo total y teocrático? Difícil responderlo.