12. ¿Es posible escanear el alma?
Una colección de microscopios no hace un telescopio. Los métodos de análisis por resonancia magnética y los mapeos cerebrales son microscopios que miran el detalle y que quisieran encontrar cuál es la neurona que decidió que yo escribiera esto. Sin embargo, ese enfoque ha ido encontrando, como por sí solo, sus propias limitaciones. Cada vez resulta más evidente que, junto al enfoque “localista” hace falta un enfoque “holístico” en el examen del flujo incesante de ondas electromagnéticas en el cerebro.
La hipótesis es que en el cerebro la información más que un “lugar,” es una “experiencia” de flujo y reflujo de ondas entre diversas partes de la masa encefálica, desde la amígdala a los lóbulos, de los centros sensitivos a los motores y viceversa, todo ello en una compleja danza. Si esto es correcto, mal podríamos empeñarnos en encontrar la neurona donde guardé mi primer número 3 o el perfume que usaba mi profesora de primero de primaria.
Una lupa no es lo único y probablemente no es lo principal del equipo de observación de una multitud. Si quiero estudiar el comportamiento de las masas en un estadio y me voy armado de una gigantesca lupa de medio metro de diámetro, para empezar a mirar con ella al taquillero y luego al gorro de sol del abuelito de la primera fila, y luego al tetero del niño que va cargado por una joven señora, es posible que me pierda en detalles que no dejan ver el conjunto.
El “alma” es más ese “conjunto,” sólo que no aplicado a una multitud de personas sino a la multitud de realidades que es una sola persona. Y ello por supuesto no quita importancia ni a las lupas, ni a los microscopios ni a los estudios neurológicos.
Muy al contrario: la comprensión del color del gorro del abuelito y la composición química del tetero del niño me dicen algo que finalmente tiene que ver con el comportamiento de la multitud, porque la multitud no existiría si no existieran sus detalles. Pero la maravilla no es el acervo de detalles sino la capacidad nuestra de mirar con atención y comprender el detalle, para luego volver al conjunto y comprender un poco más de él. Llinás, Jeffery y Deep Blue nos ayudan ciertamente a comprender un poco mejor el alma humana, y sin ellos no podríamos admirar tanto como admiramos el milagro de la inteligencia.