Mañana empieza el cónclave

Declaraciones de los líderes de la Iglesia sobre Juan Pablo II

«El más digno sucesor del humilde pescador de Galilea»

ROMA, sábado, 16 abril 2005 (ZENIT.org).- En los últimos días, no han dejado de llegar alabanzas a Juan Pablo II desde todos los rincones del mundo. A continuación algunas declaraciones de líderes de la Iglesia católica sobre el último Papa.

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Mons. Sean O’Malley, arzobispo de Boston

«En el Año Santo del 2000, el Santo Padre nos llamó a todos a que ‘abriéramos de par en par las puertas a Cristo’ para seguir a Cristo no por obligación sino por amor. La vida del Papa Juan Pablo II reflejó esta llamada puesto que cada día se abrió a sí mismo para ser un instrumento de la verdad sin complejos sobre los temas morales y éticos que afronta nuestra cultura. Ruego al Señor que conceda gracia sobre gracia a su fiel siervo y lo acoja en la luz y en la paz eterna del reino celestial de Dios».

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Cardenal Edward Egan, arzobispo de Nueva York

«Llevó el Evangelio a todos los rincones del mundo, proclamando la dignidad de todo ser humano, los derechos del pobre, y los males de la guerra ‘a tiempo y a destiempo’. En resumen, ha sido el más digno sucesor del humilde pescador de Galilea sobre el que el Señor construyó su Iglesia».

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Cardenal Francis George, arzobispo de Chicago

«La autoridad moral viene del cargo, pero también del carácter. Karol Wojtyla fue un superviviente de la Polonia ocupada por los nazis y de su siguiente gobierno comunista. Fue un deportista, un actor, un filósofo, y poeta. Todo esto capturó la imaginación de la gente de una manera novelesca, y usó todo lo que era para dirigir la atención más allá de él hacia Aquel, cuyo vicario era. En los últimos años, condujo la atención hacia Cristo por su fortaleza pública en sus sufrimientos, que le conformaron a él personalmente siempre más cerca de Cristo».

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Mons. Charles Chaput, arzobispo de Denver

«El Papa Juan Pablo II encarnó las mayores cualidades del Concilio Vaticano II: una profunda fidelidad a Jesucristo y su Evangelio; una profunda confianza y alegría en la fe católica; una apertura al bien del mundo; amor fraternal a los demás cristianos y al pueblo judío; y respeto por todas las personas de buena voluntad. Conoció el sufrimiento personal a lo largo de su vida. Experimentó de primera mano el coste de la guerra, del genocidio y de la opresión política. Estas cosas nunca dañaron su fe. Hicieron lo contrario. Le condujeron más profundamente al corazón de Dios».

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Cardenal Justin Rigali, arzobispo de Filadelfia

«Recibí con profunda tristeza la noticia del fallecimiento de Juan Pablo II. También con gratitud a Dios por el don del Santo Padre. Seguramente que será recordado como el mayor líder espiritual de nuestro tiempo. Su vida entera ha sido un ejemplo de cómo vivir nuestra fe, de cómo dar testimonio del amor de Nuestro Señor Jesucristo. El Santo Padre se dio completamente al servicio de Jesús y de la Iglesia universal. En sus últimos años, sufrió de muchas dolencias físicas pero nunca permitió que estos dolores y problemas pesaran sobre su espíritu; su sufrimiento fue su regalo final. Fue un ejemplo para todos nosotros del valor de la vida humana en cualquier etapa de su existencia».

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Mons. Brendan O’Brien, presidente de la Conferencia Episcopal Canadiense

«Tanto con su palabra como con su ejemplo enseñó la fuerza de la fe, el poder de la oración, la necesidad de perdonar, y el imperativo de servir a los pobres y oprimidos del mundo. Sus enseñanzas seguirán guiando a la Iglesia en los años venideros en su misión de proclamar el Reino de Dios».

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Caritas Internationalis

«A través de su vida, el Papa Juan Pablo II respondió con compasión a los problemas del mundo, y nos inspiró con su dedicación a las personas que servimos ? los pobres, los hambrientos, los desplazados y todos los que lloran por la justicia y por que termine su sufrimiento. Sus palabras embellecen las paredes de los museos y de las chabolas, inspirando a ricos y pobres con su mensaje de esperanza.»

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