Sé que hay algo grande allí donde la Santísima Virgen se hace presente. Sé que el mensaje no era solamente que rezáramos e hiciéramos penitencia. En el movimiento de retorno hacia Dios tenemos que descubrir que muchas cosas no están sucediendo como Dios lo ha querido. Nuestras ciudades y caminos están llenas de la presunción, la vanidad y la dureza de corazón, y de toda suerte de trampas para que nos atemos a las cosas creadas y no atendamos la voz del Creador. Fátima no es solamente un mensaje de conversión personal, sino una palabra vigorosa de transformación del mundo según el plan de Dios.