Dios me ha bendecido en el año que hoy termina; ahora yo bendigo al Señor.
Le pido misericordia para el mundo, especialmente para quienes este año han sufrido tragedias debidas a la fuerza de la naturaleza, accidentes imprevisibles o violencia de los hombres.
Le pido perdón por todas mis mediocridades y defectos, y confío en que con su ayuda habré de emprender con mejores logros el año que ya pronto se abrirá para todos.
Pero sobre todo le doy gracias y repito con gozo: “¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?”