El mediodía es apenas un instante, aquel en que el sol está más alto en el cielo. Esta es, por lo menos, una manera de definirlo. No coincide con la realidad de cada punto del planeta porque en un país como Colombia hay una sola zona horaria, de modo que no se va a cumplir que el sol está exactamente en lo más alto y a la vez en todos los puntos de Este a Oeste que caen dentro de la misma zona.
Es interesante lo de pensar en el mediodía como un instante que nos visita una vez cada día. Y lo es también pensar en que ese instante que nosotros vivimos luego lo viven otras personas, y luego otras. Según esto el mediodía es una experiencia que va moviéndose, que va pasando de unos a otros, viajando siempre de Este hacia Oeste.
¿A qué velocidad se mueve el mediodía? La respuesta cambia según la latitud. En el Ecuador, el mediodía recorre 40.000 kilómetros en 24 horas, es decir, 40 millones de metros en 86.400 segundos. El mediodía corre a un poco más de de 462 metros por segundo en el Ecuador.
Un problema geométrico y matemático interesante es ver cómo cambia esta velocidad de acuerdo con la latitud del lugar en que uno se encuentra (relativa a otros puntos con igual latitud) y también cómo la afectan el ángulo de inclinación del eje de rotación de la tierra sobre el plano de su elíptica alrededor del sol, y por consiguiente de acuerdo con el tiempo del año en que uno se encuentra.
La cifra obtenida, 462 metros por segundo, es la más alta para este planeta y sirve para ilustrar qué poco dura un instante o cuán presto vuela el tiempo. Sentir que un segundo después del mediodía ya éste se halla a casi 500 metros de mí, me hace pensar qué regalo es tener cada segundo, cada momento de la vida.