Doce Errores que no Podemos Cometer en la Nueva Evangelización de Europa
Introducción
Es desconcertante y triste ver a Europa dar la espalda a sus raíces cristianas, no sólo ni principalmente por lo que digan los papeles de una supuesta Constitución, sino ante todo porque la mayor parte de la gente se pronuncia en contra de las enseñanzas de la Iglesia y del Evangelio, especialmente en lo que atañe a la moral de la familia y el respeto a la vida frágil (aborto, eutanasia).
Ante un cuadro así, es muy humano querer ver resultados pronto, es decir, querer que muy pronto salga a luz un cristianismo renovado, vigoroso, y a la vez, fiel a sus raíces multiseculares, con real incidencia en la vida pública y en la sociedad. Es entendible, digo, que quienes somos cristianos católicos, por la gracia de Dios, anhelemos ver que todo el desconcierto, el cinismo y el libertinaje retroceden al fin y que llega un tiempo de orden, de respeto a Dios y a sus leyes, y de celebración fervorosa de sus misterios.
El desconcierto y el dolor, sin embargo, pueden llevarnos a actitudes erradas. He estado meditando en ello y quiero compartir lo que he llamado “Doce Errores que No Podemos Cometer.” La conclusión es que en realidad cada error hará más dolorosa la espera y más largo el camino.
Esta es la lista que veo en este momento:
1. Declararnos derrotados.
2. Apelar a una rutina juiciosa y seguir como si nada pasara.
3. Añorar el pasado y refugiarnos en él.
4. Vender más barato el Evangelio.
5. Disparar anatemas contra todos.
6. Fiarnos demasiado de la apologética y los argumentos.
7. Poner las esperanzas en el diálogo interreligioso, el movimiento ecuménico o las causas sociales compartidas.
8. Encerrarnos en los grupos piadosos.
9. Querer resolver los problemas con manuales, cánones y rúbricas.
10. Reemplazar a los sacerdotes con otro tipo de personas.
11. Centrar las fuerzas en la visibilidad política o en la relevancia social.
12. Suponer que veremos la cosecha.
Aunque esta lista nace en Europa, específicamente en la Irlanda de finales del 2004, pienso que guardadas las proporciones puede servir en otros contextos.