Recojo aquí una serie breve de reflexiones que he hecho en mis vuelos de una a otra parte del mundo, y que sólo por eso, por haber acontecido a unos cuantos kilómetros sobre la tierra, las llamo con algo de humor “celestiales”…
He aprendido que…
1. La vida es frágil.
2. Si no estás recibiendo ayuda no puedes ayudar (sin tu máscara de oxígeno puesta, no puedes auxiliar a quien necesita ponerse la suya).
3. Uno no va a ninguna parte si no confía en alguien; llámalo el piloto.
4. También nuestro planeta es una nave, y hay que cuidar lo que hay en ella como cuidamos los que hay en un avión: el aire, el agua, el alimento, el espacio para cada uno, la adecuada gestión de los desperdicios.
5. Si me pongo demasiado cómodo, incomodo a los demás.
6. Hay un lugar que se llama “arriba de la tormenta.” En ese lugar ya no hay tormenta.
7. Todo el mundo ama a quien sirve con alegría.
8. La gasolina pesa mucho pero hace volar: así son los mandamientos de Dios.
9. A las personas no las tienes para siempre: cada pasajero se despedirá en algún puerto. También tú. Vive con sensatez y misericordia tu jornada.
10. Tocar el cielo no quita que eres terrestre; cuando después toques la tierra no olvides que tu destino es celestial.