Mañana viajo a Nueva York y allí espero encontrarme con dos religiosas de las Predicadoras de Cristo y María. Son ellas quienes están iniciando un proyecto de evangelización en esa Arquidiócesis y, Dios mediante, podremos compartir algunas horas.
Para utilizar ese tiempo del mejor modo les invité a que me sugirieran un tema que pudiéramos reflexionar juntos; la propuesta de ella lleva un precioso título: El Equipaje del Misionero. Hoy he dedicado el día casi por completo a buscar el sustento bíblico para ese tema que me está resultando cada vez más apasionante.
Por la noche fui a predicar en el “Centro Promesa de Dios” de los queridos amigos de Juventud Renovada. Era la noche de los jóvenes y estuve predicando sobre la “buena pelea.”