Oí que el Señor me hablaba. Se dio un diálogo parecido a lo que sigue:
¿Atrapados en el presente?
De una cosa he quedado vivamente convencido a raíz de mi viaje por España e Italia: estos queridos europeos saben disfrutar la vida. No lo digo de un modo superficial; no aludo simplemente a la comodidad que pueda tener un hotel, el refinado sabor de una comida o la luz deslumbrante de una playa en verano. Disfrutar no es algo que se queda en lo que la vida ofrece sino que tiene que ver con una serie de actitudes internas y de planes y resoluciones previas. De hecho, uno encuentra personas que “objetivamente” tendrían mucho para disfrutar pero que no logran sentirse contentas con lo que tienen.
Back to reality
De nuevo en casa, el desorden de mi habitación alcanza límites insospechados de caoticidad (¿existirá esa palabra?). Pero más que eso, lo que vivo es la alegría de ver de nuevo a los hermanos. Creo que día a día voy sintiendo más cercanos a mis queridos frailes irlandeses. El tiempo, las experiencias compartidas y un poco de más fluidez en el idioma van haciendo la obra.
Dublín
Ayer por la noche Dios me concedió un último regalo en Madrid: he presidido la eucaristía en la parroquia de María Carabaña, la cual lleva por nombre “Cristo Sacerdote.” Hoy he viajado Madrid-Dublín y estoy cansado pero muy, muy agradecido con Dios.
He publicado buen número de imágenes nuevas.
El Prado
Ayer llegué de Roma a Madrid. Con el album de los recuerdos colmado de amor y bendiciones. Ahora pienso que no sería malo morir en Roma. O donde Dios quiera.
Veinte Años Después
Hace veinte años visité por primera vez la Basílica de San Pedro. Ayer volví. De nuevo en verano, de nuevo Roma, de nuevo la capilla del Santísimo. Y, bueno, de nuevo el llanto, ese llanto incontenible y suave, esas lágrimas que San Agustín describió como nadie, como baño que lava el alma y trae una fuente al corazón.
Ayer, Hoy y Siempre
En julio de 1984, hace veinte años, llegué por primera vez a Roma. Veníamos de vuelta de la Olimpiada Internacional de Matemáticas celebrada en Praga. Yo no fui concursante aquella vez sino coentrenador. Llegados a Roma, encontré una ciudad que para mi gusto era muy caliente, desordenada y lejana. Lo único que quería hace veinte años era satisfacer la curiosidad de ver al Papa.
Siena
Después de casi veinte años de haber empezado a leer sus escritos y de casi tanto tiempo de predicar sobre sus enseñanzas, hoy Catalina de Siena tiene un rostro aún más definido y lleno de significado. Hoy estuve en Siena.
Entre Libros
He podido encontrar en la biblioteca del Angelicum artículos y publicaciones que buscaba desde Milltown. Estoy feliz. Y sudado y lleno de polvo. Pero sobre todo, feliz. En eso se me ha ido el día.
La Otra Roma
Hoy ha sido día de trabajo: homilías y boletines. Por la tarde-noche, una extensa caminada hasta Lungotévere, y un poco más. Es la otra Roma, la que baja a las orillas del Tíber y ofrece todo tipo de cosas y donde se halla todo tipo de propuestas, desde la Caritas de la Diócesis de Roma hasta el colectivo Homosexual Italiano de Creyentes, pasando por Greenpeace y los artistas callejeros de la pintura y la artesanía.
La Feltrinelli
Hoy, ya de vuelta de Ronciglione, ha sido día de librerías. Italia, entre tantas reputaciones bien ganadas, tiene la de una inmensa y siempre actualizada industria bibliográfica. El sitio donde he estado más tiempo es la popular librería Feltrinelli.
Hay que hacer teología
Hoy he visto con especial claridad la belleza de la vocación de los Foyer de Charité. He visto que es una vocación oportuna para nuestro tiempo, profética especialmente en el contexto secularizado de Europa, llena de eso que me encanta y que se llama “predicación” y muy balanceada en sus ingredientes “humanos” y “divinos,” para hablar en esos términos. He visto, en suma, que es una vocación posible para mí. El padre Río, padre de este Foyer de Ronciglione, me lo ha sugerido, además. Y sin embargo, no creo que sea voluntad de Dios que yo deje la Orden de Predicadores.
Ronciglione
Después de un viaje lleno de pequeños contratiempos, Dios me ha permitido llegar al Foyer de Charité de Ronciglione. Para los que no los conocen, los “Hogares de Caridad” (aunque también cabe la interpretación: Hogueras de Caridad) son casas de oración y de predicación que han nacido en el siglo pasado a través de la inspiración y la inmolación de amor de una mujer muy mística y muy sencilla de corazón a la vez, de nombre Martha Robin.
China en Roma
Este ha sido un día más bien de reposo y de actualizar correos y boletines, gracias a la hospitalidad maravillosa de Fray Saúl. Por si eso fuera poco, de noche hemos salido a cenar con él y con otro dominico, Arturo, a un restaurante chino. Todo muy bueno (aunque no me gustó la cerveza italiana).
La Belleza
Para destacar en este día que he asistido a una exposición de arte en el llamado “Jardín de Roma,” no lejos del castillo de Sant’Angelo. Yo, que poca formación artística tengo, y que poco dado me considero a novedades, he quedado sin embargo impresionado de la capacidad de transmitir el mensaje de la belleza que tienen algunos de estos artistas italianos.