Me siento raro. Hacía mucho tiempo que no hablaba tanto y la garganta me lo está recordando. Además, hacía mucho tiempo que no hablaba tanto español…
Es bien curiosa esta experiencia, que hoy termina con el primer grupo de Hermanas. Hay algo que nos une: la experiencia de la distancia de nuestra patria común, Colombia. Es ese “ser extranjero,” y por consiguiente, estar sometido a muchas cosas y estar abierto a tantas posibilidades. Una montaña de oportunidades y un abismo de imprevistos en todos los órdenes, especialmente en lo que atañe a costumbres y a las relaciones interpersonales. Partir es morir un poco, y morir es partir del todo.
La despedida, sencilla, discreta, cariñosa, cargada de amor porque nos hemos sentido cercanos y sabemos que en casablanca o en La Haya hay otros que viven lo que uno está viviendo.