Si alguno me preguntara
qué estoy haciendo en Dublín
respuesta no tengo clara
ni es tan fácil de decir.
Es verdad que hay unas clases
y un doctorado que hacer;
de la mañana a la tarde
¡cuántos libros por leer!
Mas ciencia para la vida
no cabe en páginas blancas;
esa no viene escrita
y nunca se halla empastada.
Todo tiene su importancia
y el estudio es cosa seria
pero las clases no acaban
cuando los libros se cierran.
Sigue Cristo adoctrinando
por la calle y en la iglesia:
en el hombre abandonado
o la mujer que va perpleja.
Suyas son nuestras heridas,
nuestras sus llagas santas:
mucho aprende quien le mira
pero más quien le acompaña.