Un grupo de grandes sabios
tuvo una gran discusión:
Siendo quien era Dios,
–reunidos, se preguntaron—
Cuál debía considerarse
como su mayor portento,
si haber creado el universo
o a sí mismo llegado a darse.
Y cada cual presentaba
argumentos a porfía:
“Sin el universo, uno argüía,
de plano no habría ya nada.”
Pero en tono muy solemne
otro así le respondió:
“Más se ha mostrado Dios
ser piadoso y muy potente
“en que, habiéndolo hecho todo,
a sí mismo se ha hecho entero,
emplazando ya en el seno
virginal su propio trono.
“Y si es cosa que te aterra
que haya estrellas en los cielos
mayor es, y más nuevo,
que haya cielo en esta tierra.”
Fr. Nelson Medina, O.P.