Es una gran maravilla,
y yo no quiero olvidarlo,
un milagro cada día,
que sigue siendo milagro.
Se llama Eucaristía
y es Cristo que se ha dado
como Fuente de la Vida
de la Luz y del Remanso.
Es el Hijo de María,
es el Dios bien humanado,
es la gracia que visita
y el Cordero Inmaculado.
Y sé que no acabaría
de exaltar bien a mi Amado
ni con todas las poesías
o los más hermosos cantos.
En el Cielo hay tantos días
por un motivo muy claro:
porque allá nunca termina
la alabanza a Cristo Santo.
Fr. Nelson Medina, O.P.