La semana pasada tuve un sueño que no se me ha olvidado.
Fue un sueño muy raro. Estábamos en un auditorio gigantesco de una especie de hotel; uno de esos auditorios que tienen el techo relativamente bajo y en los que hay una mesa central desde la que habla la gente.
Yo no sé cuál era el tema de esa reunión, pero había muchos religiosos, religiosas, vírgenes, sacerdotes y también muchos laicos. el P. Fernando Piña estaba casi en la última fila, de hábito. En algún momento se dijo algo con respecto a Lutero, y entonces el P. Piña, que no tenía micrófono se levantó y dijo que tenía una poesía sobre Lutero. De hecho sacó un papel y empezó a leer; era sobre el drama interior de Lutero; de lo que había signfiicado para él, como persona y como sacerdote decidir lo que decidió.
Yo estaba como a tres filas de distancia y oía al P. Piña, y me empezó a dar un dolor en el corazón a medida que él declamaba su poesía. Cada vez me dolía más y más; de hecho, me desperté por el físico dolor y con una tristeza muy grande.
La última imagen que alcancé a ver era la de este Padre con una especie de capa pluvial grande y con borlas y bordados, afirmando algunas cosas pero ya no supe cuáles eran porque no podía oír más. Lo que yo sentí es que Dios le había dado a este Padre que entendiera algo que quizá muy poca gente había entendido nunca.