Una nueva forma de guerra (3a. parte)

¿Es posible la comunidad?

Vemos que la sociedad basada en un estado racional y laico produce un vacío de comunidad. Para ser más precisos: el Estado moderno se concibe como un ámbito en que el individuo y la colectividad tienen sus roles, derechos y deberes claramente delimitados. El problema es que entre el individuo, en su soledad angustiosa o felicitaria, y el Estado, en su racionalidad y acumulación de poder, no queda espacio para una auténtica ecología de la comunidad. Si este aserto es correcto, lo que estoy diciendo es que el Estado, aunque no obligue al aislamiento sí lo privilegia, y con ello favorece las condiciones de cultivo de amenazas, como el terrorismo, que luego no puede controlar.

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Una nueva forma de guerra (2a. parte)

El anonimato

El terrorismo puede esconderse para actuar porque se apoya en la ambigüedad de una palabra muy típica de nuestra sociedad occidental. Hablo del anonimato.

Ser anónimo es ambiguo porque trae tanto ventajas como desventajas. Estas últimas suelen nombrarse primero: la soledad emocional, la sensación de falta de rumbo, la angustia existencial, por ejemplo. Pero hay ventajas también: ser solo es no tener que rendir cuentas. En el marco amplísimo de unos códigos civiles o de comportamiento como los de Europa cada quien es libre de obrar como le place, a su aire, a su apetito. Y esa idea sí que seduce por aquí, bajo el hechizo de un verbo reciente: reinventarse. El sueño sartriano de una existencia sin esencia, de una identidad peregrina de su propio impulso, de una vida sin más derrotero que su querer, eso, exactamente eso lo posibilita el anonimato. Cada uno se convierte en el dueño de su identidad, hasta límites inimaginables.

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Europa hierve

Los temas raciales, étnicos y culturales están hirviendo en Europa, aunque con la olla tapada. Aquí en Dublin, por ejemplo, tienen actividades varias veces al año en contra del racismo. Una cosa buena, en sí misma, pero también un indicativo de la conciencia que hay de un problema que va caminando como en subterráneo, y que tendrá que hacer erupción en algún momento.

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El caso de Martha Stewart

Martha StewartDesde la época del viaje que hice a Estados Unidos en enero he venido oyendo insistentemente en las noticias sobre el jucio contra Martha Stewart. Como persona absolutamente ajena no sólo al caso sino a la cultura y al idioma simplemente me preguntaba qué sería lo que había hecho esa señora. Un espontáneo sentimiento de solidaridad hacia ella, por su condición de mujer y por verla como tan expuesta, era quizá mi única reacción.

Cuando volví a Irlanda me encontré hace poco con que el juicio contra ella había llegado a término y que el resultado, en veredicto del jurado la señalaba como culpable de cuatro cargos distintos que podrían implicar hasta 20 años de cárcel. La solidaridad dio entonces paso a la curiosidad, porque presentí que en esto no había solamente un hecho aislado sino algo que de algún modo atañe a la cultura.

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Nada más que palabras… maravillosas

Santo Domingo de GuzmánHe comentado en otras ocasiones que dos cosas me impactaron de Santo Domingo de Guzmán, fundador de nuestra Orden, que en honor suyo llamamos dominicana. Me refiero a su amor por la Virgen María, y a su capacidad de transformar las vidas con palabras.

A veces despreciamos el poder o la belleza de las palabras. Por mi parte, hoy me siento feliz de pertenecer a la Orden de las palabras. Es un reto tener palabras. Buscarlas, cultivarlas, colmarlas de luz, ofrecerlas con humildd y amor, y luego saber desaparecer, como bien dijo Juan, el Bautista: que Cristo crezca y yo disminuya.

Hoy miro con gratitud y esperanza el carisma de nuestra Orden, y pido a Dios, que con su Palabra bendiga nuestras palabras.

Este tiempo en un país en que no conocía a nadie cuando llegué ha sido un modo muy particular de descubrir lo que pueden significar las palabras. No tengo mucho que ofrecer ni en dinero, ni en poder ni en cosa semejante. Lo que tengo es lo que soy, un predicador. Y de ahí, de ese único don, he de recibir prácticamente todo, en términos de estudios, amigos, apostolado. Por eso me encomiendo hoy con particular amor a la intercesión de Santo Domingo.

Vida significa complejidad

Hace tiempo aprendí que hay varias formas de infinito. Existe lo infinitamente grande, como el cosmos; y lo infinitamente pequeño como el neutrino. Existe lo infinitamente fuerte, como Dios; y el vacío infinito de la nada o de la soledad, que puede ser peor que la nada. Existe la compasión infinita, que se ve en Cristo, y la complejidad infinita, que aparece en la vida humana.

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La Misa de 5.15

Nuestra parroquia en el centro de Dublín, donde vivo, tiene un par de lugares de culto asociados y separados físicamente de la iglesia como tal, a saber, una capilla del Santísimo y una casa de atención a personas mayores durante el día. Con alguna frecuencia –por lo menos una vez a la semana– el prior me encomienda una de las dos misas que hay en la Capilla del Santísimo, que queda como a dos cuadras de nuestro convento. El lugar suele ser conocido como Capilla de San Martín, porque a su lado funciona una pequeña librería y otras dependencias que nacieron de la devoción a San Martín de Porres.

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Irlanda, la Verdad y la Belleza

Yo diría que para los irlandeses la verdad no es un tema como tal. Irlanda no es ni quizá será tierra pródiga en filósofos. Desconfían del pensamiento que se organiza en grandes sistemas; temen (con razón) de una persona que con cada palabra abarca países y culturas. Por ello, toda la terminología del “ser”, de la �lógica� o del “análisis”… es asunto que despierta recelo. No se sienten confortables.

Los irlandeses afinan el oído al escucharte y buscan cuál es la música que sostiene tu alma cuando hablas: qué clase de corazón tienes; a quién estarías dispuetso a defender; qué sacrificarías de ti por aquello que estás diciendo. No es sólo si eres coherente sino si eres bueno, si es bella tu propuesta, y sobre todo, si anuncias algo que trae alegría y algo donde caben los pequeños y los pobres. Ellos saben que donde no caben los pequeños y los pobres ni cabe Dios ni cabe Irlanda.

Cuaresma en Irlanda

El camino de cuaresma es tiempo que definitivamente a mí me lleva a hacerme muchas preguntas y también a crecer en esperanza.

Miro, por ejemplo, el tema de la idolatría. O el desierto. O la tentación. O la soledad. O la oración. En fin: ¡todo lo de la cuaresma me llega muy hondo!

Esta es mi primera cuaresma en Irlanda. ¿Qué he visto? Hay un tono religioso muy tenue pero muy extendido. El miércoles de ceniza las iglesias estaban llenas. Mucha gente pide la ceniza. Algunos llevan servilletas, pañuelos u otras cosas parecidas para llevar la ceniza a sus parientes enfermos o que no pudieron ir.

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Seis, ya

Precisamente hoy cumplo seis meses de haber pisado por primera vez este suelo irlandés. Y lo que siento es una inmensa gratitud que gustoso comparto con todo aquel que quiera leer estas palabras. Mirando este medio año, doy gracias por muchas cosas.

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Expose your life to love

¡Oh, Dios! Estos días están llenos de emociones. Hoy he empezado a ofrecer el Curso Bíblico para Cuaresma: Expose your Life to Love, una serie de seis reflexiones sobre el Evangelio según San Lucas.

Estaba muy nervioso, porque nunca había hecho una predicación tan extensa en inglés, y además, ante personas que sólo tienen ese idioma. Asistieron hoy unas quince personas y, gracias a Dios y gracias al apoyo fraterno y cálido del P. Prior, Adrian, las cosas salieron muy bien. Estoy muy animado y le pido al Señor que pueda servirlo como Él quiera y donde Él quiera.

El material que ha servido de base para esta sesión, y lo que se vaya agregando, es accesible aquí. Es un documento de Word. ¡Gracias a quienes han orado por estas intenciones!