Carlos Julio, mi sobrino, ya va para sus dieciocho años de edad. Ese dato me ha impactado bastante. Lo he visto crecer en todo sentido: cuida mucho de su futuro intelectual, pero también tiene ojos para el atletismo, la fotografía, la historia… y me imagino que para sus amigas.
Me invitó a que visitáramos Berkeley, una de las secciones de la Universidad de California. Le impresionó muchísimo ver que en los parachoques de algunos carros se leía �Premio Nobel.� El mundo del estudio es decididamente algo muy importante para él. Pareciera sentirse particularmente a gusto en medio de lo académico, y tiene siempre palabras de ponderación para quien tiene conocimientos serios sobre algo.
Me ha alegrado muchísimo también ver a Kiona, y a nuestro querido Felipe. En todos he sentido familia. Un regalo muy grande para un colombiano que vive en Irlanda.