Catherine y Linda son dos hermanas que desde fines del año pasado viven juntas, después de haber criado a sus respectivos hijos y después de que sus respectivas parejas ya no están; en un caso por separación, en otro por viudez.
Quiero aquí dejar testimonio agradecido de la delicada hospitalidad de estas damas que me han acogido con tanta calidez y bondad. Catherine me ha ayudado además con numerosas observaciones y explicaciones particulares que realmente iluminan mucho el curso de la investigación que habré de hacer sobre Lonergan.
He tenido tiempo de descanso también para ir probando un nuevo software de edición de video. Le doy gracias a Dios por ese tipo de actividades más artísticas o estéticas, que ciertamente traen alegría y descanso.