Bueno, se acabaron. Una experiencia radicalmente distinta en cuanto a muchas cosas, pero también una oportunidad estupenda de aprender de la cultura y de conocerme en circunstancias que no me había imaginado. El balance es positivo, gracias a Dios.
La semana entrante recomienzo clases. Vamos a ver cómo nos va con eso, aunque tendré menos horas de clase como tal; primará el modelo “tutoría”. Poco a poco la atención habrá de irse concentrando en la disertación.