Ayer fue un día con una extraña combinación de sentimientos.
Muchas cosas alentadoras, por un lado; una noticia triste por el otro. ¿Por dónde empezar?
Quizás por lo triste. Ha fallecido la mamá de uno de nuestros profesores más queridos, Jim Corkery, SJ. Jim me hablaba de su mamá no hace mucho y de cómo vivía él cada comunicación con ella: no en una exhuberancia de sentimientos, porque no es su estilo ni tal vez es el estilo de esta tierra y de su comunidad, pero sí en una conciencia muy bella de cuánto importaban las pequeñas cosas que una madre siempre tiene para contar y las pequeñas preguntas que ocupan la mente y el corazón de todas ellas.